Ahora que ellas me están llevando al lado oscuro del patchwork, ella se ha reencontrado con el punto de cruz, y como le gustan las ovejitas le bordé este cuadro de LHN; al que acompañaba esta gallina sujetapuertas (que no hice yo; la compré así de mona ya).
Como siempre, hubo auténticos regalazos porque estas chicas son muy, muy primorosas.
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