Amaya Ascuence es ya muy conocida por muchos de nosotr@s aunque realmente la conocemos como "la nena" de Cómo no ser una drama mamá.
El caso es que ha sacado una agenda para el 2013 (ver su post AQUÍ) y me ha encantado la relación que hace de los momentos y motivos por los que debes llamar a tu madre.
- Cuando llegues.
- Cuando estés de camino, cada vez que pares.
- Cuando estés enferma, o casi enferma, o simplemente te duela ligeramente la cabeza. Ella conoce una sopa que lo cura todo.
- Cuando hagas pochas, al menos, si quieres que salgan como las suyas.
- Cuando estés pensando en comprar algo caro. O algo muy grande. Ella sabe si te cabe en casa y tiene en su cabeza todos los precios de las cosas desde hace 20 años, si dan buen resultado, si son útiles, y actualmente, a cuánto están los tomates en 7 supermercados diferentes. Eso es mucho.
- Cuando te dé la neura de que te tienes que cortar el pelo radicalmente. Tu madre te quitará la neura a gritos.
- Cuando dudas de si ese vestido es demasiado corto, lo es. Ella te lo repetirá cada vez que te vea. Así que es mejor que lo evites desde el principio.
- Cuando estés sola, triste o rendida. Ella nunca te dejará sola. Y será capaz de recorrerse los países que haga falta para que comas caliente.
- Cuando hayas hecho algo mal. Te regañará, intensamente, y eso ya es parte de la purgación, pero siempre te perdonará.
- Cuando creas que nada tiene solución. Tu madre tiene solución para todo. Y si no, te hará un buen bizcocho, un chocolate caliente, y seguro que al menos te sientes mejor.
- Cuando necesites saber la verdad. Igual no necesitas oírla, piénsalo antes de llamarla, ella será franca, incluso demasiado franca.
- Cuando se te ponga el poto tristón. Ni se te ocurra pensar que internet tiene más información que tu madre, nadie tiene el poto como ella.
- Cuando te pase algo bueno. Nadie se va alegrar como ella, bueno, y tampoco nadie te va a poner los pies en la tierra como ella.
Así que llama a tu madre, porque puede que ella esté triste, o se sienta sola, o no se acuerde de cómo mandar un sms o simplemente necesite charlar sobre lo frío que está el invierno, y lo malo que es para sus geranios.
Si aún no la conoces, pasa por su blog. Te hará pasar muy buenos ratos y te verás reflejada en muchas de las situaciones o, lo que es mejor, volverás a oir a tu madre diciéndote las mismas cosas.
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