
Tuve un pequeño problema con las telas porque cuando tenía la manta ya preparada, pensé que dada la cercanía del cumpleaños de Bea, bien podía hacerle un cojín-almohada a juego con la manta. Pasé por una tienda de tejidos donde suelo comprar telas, y para mi sorpresa encontré las mismas telas que una semana antes había comprado en una tienda de patchwork para la manta, pero con una gran diferencia........... EL PRECIO ¡¡¡¡. En la tienda de patchwork me costaron TRES VECES MÁS CARAS¡¡¡¡¡. Las mismas telas, os lo aseguro. Una pena.
En fin, vamos a lo alegre. Mi sobrina encantada con su manta. Me dio un abrazo tan grande y tan profundo que hizo que todo haya merecido la pena. Me dijo: " Ay, tía Ana, ya sabía yo que ibas a regalarme algo así". Es una preciosidad de niña. Y el abrazo me supo a gloria.
Como ya te bordé, mi querida Bea, deseo que bajo esa manta tengas sueños muy, muy felices porque está bordada con mucho amor.